Descubriendo el BDSM
Siempre me ha gustado llevar la iniciativa en el sexo. No por necesidad de controlar, sino porque me excita guiar, provocar, marcar el ritmo. La mayoría de mis encuentros han sido un juego de ida y vuelta: yo propongo, la otra persona responde, y así nos alimentamos mutuamente del deseo. Pero desde hace un tiempo, hay algo que me ronda la cabeza y que cada vez me llama más: el BDSM.









