Sexo Underground
La conocí en Badoo, en una de esas rachas en las que, con 25 años y soltero, me dedicaba a descargar y probar todas las apps de citas que encontraba. No esperaba gran cosa de aquella plataforma, pero entonces apareció ella: Lara.
La conocí en Badoo, en una de esas rachas en las que, con 25 años y soltero, me dedicaba a descargar y probar todas las apps de citas que encontraba. No esperaba gran cosa de aquella plataforma, pero entonces apareció ella: Lara.
Nunca pensé que una simple historia de Instagram pudiera cambiar el rumbo de una noche de insomnio. Eran más de las dos de la madrugada y llevaba horas dando vueltas en la cama. Al final, cogí el móvil y subí una foto cualquiera con el texto: “Insomnio modo on”. Nada planeado, solo la necesidad de matar el tiempo y sentir que no estaba solo en ese desvelo.
La notificación fue una chispa en la gris penumbra de mi noche. Un match. Y no cualquier match. Ella. Sofía. Su perfil destilaba misterio: la silueta recortada por un atardecer y una sonrisa que parecía guardar secretos. Un texto que simplemente decía: «Pregúntame». Lo hice…
Siempre me ha gustado llevar la iniciativa en el sexo. No por necesidad de controlar, sino porque me excita guiar, provocar, marcar el ritmo. La mayoría de mis encuentros han sido un juego de ida y vuelta: yo propongo, la otra persona responde, y así nos alimentamos mutuamente del deseo. Pero desde hace un tiempo, hay algo que me ronda la cabeza y que cada vez me llama más: el BDSM.
Siempre me preguntan por qué tengo tan pocos relatos de temática gay. Algunos lo hacen con curiosidad real, otros con ese toque de morbo disfrazado de interés literario. Y la verdad es que no hay una gran historia detrás. No es falta de ganas, ni de experiencias. Es falta de chispa.
No escribo para impresionar.
Escribo porque necesito contar lo que viví.
Durante años acumulé momentos, miradas, cuerpos, silencios… experiencias que no tenían sitio en ninguna conversación. Algunas me marcaron, otras simplemente me enseñaron. Pero todas fueron reales.